

No sé si es el máximo exponente, pero es uno de ejemplos más claros del show que tanto gusta a los estadounidenses. Y es que ir a un partido de la NBA es mucho más que ver a dos equipos competir. La ingesta de perritos calientes con sus correspondientes patatas fritas es algo fundamental antes y durante el partido. En los tiempos muertos es imposible aburrirse. Música a tope, sorteos de todo tipo, gente bailando que busca sus segundos de gloria en el videomarcador… Y, por supuesto, no falta durante el partido el clásico grito “Defense, defense” que resuena en el pabellón. Lo dicho, puro espectáculo. I love this jameshallison casino game and I love this show.