

Es algo que repito desde que llegué de Nueva York. Más que una ciudad para visitarla y admirar sus construcciones, que también, es una ciudad para vivirla, para sentirla. Y en esto, al margen de las múltiples actividades que ofrece, juegan un papel fundamental sus habitantes. Así que empiezo este repaso fotográfico de mi viaje por Nueva York con ellos, con los ciudadanos. Un crisol de culturas que enriquecen más si cabe el recorrer esta ciudad. Lo reconozco, he regresado gratamente sorprendido por la simpatía y amabilidad de sus gentes.