

Seguro que
hay muchos lugares, tantos como miles de kilómetros de costa. Pero el Peine del Viento, en San Sebastián, es mi favorito para observar la fuerza del mar. En esos días en los que ruge en forma de oleaje, el conjunto de esculturas de Eduardo Chillida se mantiene impasible desafiando a la naturaleza, al tiempo que se convierte en un foco de atracción para aquellos que quieren admirar la fuerza del mar.